Atención con los abogados extorsionistas: tretas y mañas estafadoras


Por ANTONIO MANZANO


Un abogado extorsionista puede utilizar una serie de tácticas o «mañas» ilegales y poco éticas para manipular o aprovecharse de sus clientes, adversarios o incluso del sistema judicial. Estas acciones son completamente inapropiadas y contravienen los principios de la ética profesional, y quienes las practican pueden enfrentar sanciones legales y disciplinarias. Aquí te detallo algunas de las prácticas más comunes que podría emplear un abogado extorsionista. Miedo a consecuencias legales exageradas: un abogado extorsionista puede aprovecharse del desconocimiento de las leyes por parte de su cliente, exagerando los posibles riesgos o consecuencias legales para asustarlo y forzarlo a pagar sumas excesivas. Presentar servicios a precios muy inflados, sabiendo que el cliente no conoce el valor real del trabajo legal, o cobrando por servicios que no son necesarios.
Manipulación de la información: ocultar información clave, ya que el abogado puede retener información importante o manipularla para mantener al cliente en una posición de vulnerabilidad, usándola como palanca para obtener más dinero o favores. Puede simular o inventar supuestos procesos judiciales para hacer creer al cliente que hay un pleito en marcha cuando en realidad no lo hay. Amenazas de denuncias o acusaciones falsas: un abogado extorsionista podría amenazar con presentar cargos falsos o exagerados contra una persona o empresa si no recibe una compensación o si la parte contraria no cede en una negociación. Usar información confidencial: amenazar con divulgar información confidencial obtenida durante el ejercicio profesional para extorsionar a un cliente o a un oponente.
Manipulación de terceros: complicidad con jueces o autoridades corruptas. En algunos casos extremos, el abogado puede tener conexiones con jueces, fiscales o policías corruptos para orquestar resultados favorables o presionar a la otra parte. Puede valerse de terceros para presionar o intimidar a personas implicadas en un caso legal, manteniendo su nombre aparentemente al margen de la extorsión. Un abogado deshonesto puede demorar la entrega de indemnizaciones o pagos obtenidos en juicios para exigir pagos adicionales o quedarse con parte del dinero. No entregar documentos legales importantes: retener papeles o documentos esenciales hasta que el cliente pague sumas adicionales o cumpla con alguna exigencia.
Uso de litigios frívolos: demandas sin fundamento. Presentar demandas o recursos legales sin base alguna, con el único propósito de presionar a la otra parte y forzar un acuerdo, a menudo con la amenaza de prolongar un juicio innecesariamente costoso. Aplazar procesos intencionalmente: el abogado puede intentar extender los tiempos judiciales con el fin de hacer que la parte contraria ceda o pague para evitar la larga batalla judicial. Engaño a clientes vulnerables. Cobrar por trámites que no realiza: un abogado extorsionista puede cobrar por gestiones que no realiza o por acciones que no son necesarias, aprovechándose de la confianza de personas con pocos conocimientos legales. A veces, el abogado podría realizar negociaciones ocultas con la contraparte, buscando beneficiarse él mismo en lugar de actuar en el mejor interés de su cliente. Estas tácticas son completamente ilegales y pueden llevar a severas sanciones éticas, civiles y penales para el abogado involucrado. Los colegios de abogados y las autoridades judiciales tienen mecanismos para investigar y sancionar a los profesionales del derecho que incurren en conductas de extorsión o manipulación. Antes de contratar a un abogado miren en el internet y si ven su apellido involucrado en alguna queja o denuncia, jamás lo contraten, pues se dan casos que hacen contratos engañosos, incluso firmados ante notario y cobran cantidades grandes a cambio de no realizar acción alguna. Ojo con los abogados delincuentes.


Comentarios

Deja un comentario