El peligro de las herencias en vida

Por ANTONIO MANZANO

La decisión de dejar una vivienda a los hijos en vida o esperar a que se ejecute la herencia después de la muerte del propietario es una cuestión personal y depende de varios factores legales, fiscales y familiares. Ventajas de dejar la vivienda en vida (donación): evitar conflictos familiares futuros: hacer la donación en vida puede evitar disputas entre los herederos cuando el propietario fallezca, ya que se define claramente qué le corresponde a cada uno. Ayuda económica anticipada: si los hijos necesitan el inmueble o el dinero que puede derivarse de venderlo, esta opción les permite beneficiarse antes. Menor complejidad jurídica: en muchos casos, las donaciones en vida pueden ser más simples de organizar y ejecutar, en comparación con el proceso de herencia.

                Pero existen desventajas como los costos fiscales elevados: las donaciones en vida suelen estar sujetas a impuestos, como el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. En algunos casos, las tasas de impuestos pueden ser más altas que las de una herencia, dependiendo de las leyes fiscales del país o región. Una vez realizada la donación, el propietario original pierde el control sobre el bien. Esto puede ser un problema si el donante necesita vender el inmueble en el futuro o si la relación con los hijos cambia. Si la propiedad se dona en vida es posible que los hijos deban afrontar gastos como el mantenimiento, impuestos o hipotecas mientras el donante aún vive.

Ventajas e inconvenientes de esperar a la herencia (tras fallecimiento): posible ahorro fiscal. En algunas jurisdicciones, los impuestos sobre la herencia pueden ser más bajos que los impuestos sobre donaciones en vida. Es importante analizar el marco fiscal de la región para determinar cuál es más favorable. El propietario puede seguir disponiendo de su vivienda hasta su fallecimiento, lo que le proporciona flexibilidad en caso de necesitar venderla o disponer de ella de alguna otra forma. Al hacer la transferencia de la propiedad mediante herencia, puede evitarse que surjan problemas legales o imprevistos que podrían presentarse si se dona en vida. Y las desventajas: posibles conflictos familiares. No siempre es posible predecir cómo los herederos manejarán la situación tras el fallecimiento del propietario, y puede haber disputas sobre la repartición de los bienes. El proceso de herencia puede ser largo y costoso debido a los trámites judiciales y legales necesarios para la transferencia de bienes. Incógnita fiscal futura: los impuestos sobre herencias podrían cambiar en el futuro, lo que haría que la planificación actual quedara obsoleta.

Los factores que se deben considerar son los siguientes: es importante analizar las implicaciones fiscales de ambas opciones con un abogado o asesor fiscal que conozca las leyes locales. Si existen tensiones o incertidumbres sobre cómo los herederos manejarían la propiedad, esto puede influir en la decisión. Necesidades económicas del propietario. Si el propietario prevé necesitar la vivienda o sus recursos financieros a futuro, podría ser mejor conservarla en lugar de donarla. Dependiendo de las leyes locales, algunos países permiten realizar donaciones con la reserva del usufructo, es decir, el donante puede seguir viviendo en la vivienda o beneficiarse de ella, aunque la propiedad ya esté a nombre de los hijos.

En definitiva, no hay una respuesta única. Si lo que se busca es evitar problemas fiscales y mantener el control sobre el bien, podría ser más conveniente esperar a la herencia. Sin embargo, si la prioridad es ayudar a los hijos en vida o evitar disputas familiares tras el fallecimiento, la donación en vida puede ser una opción a considerar. Ante la duda, es recomendable consultar a un abogado especializado en herencias y fiscalidad para evaluar cuál es la mejor opción para tu situación específica. Pero amarre bien el precio de la consulta para no llevarse sorpresas, ya que hay algunos que se aprovechan y sobre estiman sus honorarios de licenciado. Un abogado no debe cobrar más que un fontanero o un albañil, pues es un profesionista más.


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