La edad convierte a las personas en más desinhibidas

Por ANTONIO MANZANO

A medida que se envejece, suelen ocurrir varios cambios psicológicos, emocionales y neurológicos que pueden explicar por qué las personas se muestran más desinhibidas y expresivas.  Con la experiencia de vida, las personas tienden a replantearse lo que realmente importa. La acumulación de vivencias y el hecho de haber enfrentado desafíos, pérdidas o momentos críticos lleva a que muchas personas dejen de lado preocupaciones por «el qué dirán» y valoren más expresar sus sentimientos. Con el tiempo, las personas suelen volverse menos sensibles a la validación externa. A medida que envejecemos, muchos valoran más sus propias opiniones y menos las reacciones de los demás. Esto permite que se sientan más libres de expresar cosas que, de jóvenes, habrían retenido por miedo al rechazo o la crítica.

Existen cambios neurológicos que afectan los niveles de inhibición. Estudios han mostrado que ciertas áreas del cerebro responsables de la regulación emocional y del control de impulsos, como la corteza prefrontal, disminuyen en actividad y eficiencia con la edad. Esto puede llevar a que las personas sean más espontáneas y se expresen sin tanto filtro. Con el paso del tiempo, muchos adquieren una mayor comprensión de sus propias emociones y de las relaciones interpersonales. Esto suele hacer que las personas sean más directas y sinceras, dado que sienten que han entendido el valor de la autenticidad en sus relaciones. La conciencia de que la vida es limitada y que cada momento es valioso suele volverse más presente con la edad. Esto impulsa a muchas personas a ser más auténticas y a expresar sus emociones sin posponerlas, ya que entienden que no hay tiempo infinito para hacerlo después.

En la adultez mayor, muchas personas se sienten liberadas de ciertos roles sociales o profesionales, lo que permite que se expresen con mayor libertad. Este cambio se da porque ya no sienten la presión de cumplir con normas o expectativas externas, como solía ocurrir cuando eran más jóvenes. Es interesante que en esta etapa de la vida, aunque pueda haber vulnerabilidad física, las personas ganan una seguridad emocional que muchas veces las impulsa a ser más abiertas, a decir lo que sienten y a no guardarse sentimientos o palabras que, años atrás, les habrían costado expresar.


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