Los ofrecimientos sexuales y las plataformas de amor puro

Por ANTONIO MANZANO

La presencia de mujeres que se ofrecen semi desnudas en plataformas como Facebook y otras redes sociales puede estar relacionada con varios factores sociales, económicos y culturales. En muchos países de Latinoamérica y otras regiones, la falta de oportunidades laborales y la pobreza pueden llevar a algunas mujeres a buscar formas alternativas de ingresos. Esto puede incluir ofrecer contenido sexual o sensual a cambio de dinero. Algunas mujeres ven la exposición de su cuerpo como una forma de empoderamiento o de reclamación de su sexualidad. En este contexto, compartir imágenes puede ser una forma de autoexpresión y de liberación de tabúes sociales.

La influencia de las redes sociales y la cultura de los ‘influencers’ también juegan un papel importante. Muchas mujeres, al observar que otras ganan dinero o fama a través de la exhibición de su cuerpo, pueden sentirse motivadas a hacer lo mismo. Las normas sociales y culturales sobre la sexualidad y la desnudez varían enormemente entre diferentes países y regiones. En algunos lugares, la sexualidad es más abierta y aceptada, lo que puede facilitar que mujeres se ofrezcan de esta manera. La ausencia de una regulación adecuada en plataformas digitales puede facilitar que estas prácticas ocurran sin restricciones. La pandemia de COVID-19 exacerbó las dificultades económicas en muchas regiones, llevando a algunas personas a buscar ingresos en línea de manera más agresiva. Se trata de un fenómeno complejo que involucra múltiples factores y que puede ser interpretado de diferentes maneras según el contexto cultural y social de cada región.

Los hombres también participan en prácticas similares en redes sociales, aunque no siempre de la misma manera o en la misma proporción que las mujeres. Muchos hombres también comparten fotos o videos mostrando su cuerpo, especialmente aquellos que trabajan en el ámbito del fitness, el modelaje o como influencers. En algunos casos, estas imágenes pueden estar orientadas a atraer seguidores o clientes interesados en sus servicios. Al igual que algunas mujeres, hombres también utilizan plataformas como OnlyFans u otras redes para vender contenido explícito o sensual. Sin embargo, suelen ser menos visibles en redes sociales generales como Facebook. Aunque hombres y mujeres pueden hacer actividades similares, la sociedad tiende a percibirlas de manera diferente. Por ejemplo, el cuerpo femenino históricamente ha sido más sexualizado y comercializado, lo que genera un contexto distinto para las mujeres que comparten contenido sensual.

La demanda también influye. Aunque existe un mercado para el contenido masculino, parece ser menos amplio o no tan explotado como el mercado dirigido al público interesado en el contenido femenino. Esto puede deberse en parte a las diferencias culturales y de consumo entre géneros. Al igual que en el caso de las mujeres, las razones para que los hombres realicen estas actividades incluyen la necesidad económica, el deseo de atención o popularidad, o incluso el simple gusto por exhibirse. Aunque hay menos visibilidad de hombres en estas actividades, especialmente en plataformas como Facebook, es un fenómeno que también existe y responde a factores similares a los que afectan a las mujeres.

Los chats y perfiles que prometen «amor puro» o «relaciones serias» en línea pueden ser genuinos, pero muchos son falsos o están diseñados con objetivos ocultos. Personas que crean perfiles falsos con fotos atractivas para engañar a otros emocionalmente y obtener beneficios económicos o información personal. A este fenómeno se le llama Catfishing. Una vez que establecen confianza, algunos piden ayuda económica bajo pretextos como emergencias médicas, problemas de viaje o deudas urgentes. Algunos estafadores intentan obtener acceso a cuentas bancarias o tarjetas de crédito de sus víctimas. Las personas detrás de estos perfiles falsos pueden recopilar datos como nombres, direcciones, intereses, y venderlos a empresas de marketing o usarlos para actividades ilegales. A los intentos de obtener contraseñas, datos bancarios u otra información sensible mediante engaños emocionales se le llama phishing. Algunos perfiles redirigen a las víctimas a sitios de citas o webcams de pago. Usan promesas de conexión emocional para llevar a la gente a gastar dinero en servicios premium. Los estafadores pueden generar vínculos intensos para manipular a sus víctimas y obtener control sobre sus decisiones. A veces, estos perfiles son creados por personas que buscan entretenimiento o satisfacción personal manipulando a otros. Tras obtener imágenes íntimas o conversaciones privadas, pueden amenazar con publicarlas a menos que reciban dinero. En casos más extremos, algunas redes utilizan estos chats para captar personas y explotarlas. Aunque hay historias genuinas de personas que encuentran el amor en línea, las plataformas gratuitas suelen tener más riesgos debido a la falta de filtros y supervisión.

Para una protección eficaz hay que investigar el perfil y hacer una búsqueda inversa de imágenes para verificar si las fotos son robadas. Sé escéptico: desconfía si alguien te declara amor rápidamente o si pide dinero. Evita compartir datos personales y nunca proporciones información financiera, dirección o contraseñas. Los estafadores generalmente evitarán encuentros cara a cara o por videollamada. Si algo parece sospechoso, coméntalo con amigos o investiga más. El amor en línea puede ser real, pero requiere precaución y discernimiento para evitar caer en engaños.


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